Durante un tiempo tras el ingreso de Rumanía en la Unión Europea, en 2007, el país podía felicitarse por los progresos que había logrado en la lucha contra la corrupción. Pero el último Gobierno socialdemócrata, al poder desde 2017, está deshaciendo los pasos alcanzados. “Esto es como una maratón, y sería una tragedia si en los últimos cientos de metros el corredor comenzara a correr en la dirección equivocada”, así lamentaba el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, el giro que ha protagonizado el país en los últimos meses. Y justo ahora, cuando se dispone a asumir la presidencia del Consejo de la Unión Europeade seis meses, a partir del 1 de enero.
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